El apego es aquella relación o vínculo afectivo que se genera con las figuras de referencia o cuidadores principales desde los primeros años, meses e incluso minutos de vida. En el futuro, este vínculo se proyectará en la relación no sólo con terceros, sino también con uno mismo y con el mundo.
El apego y su influencia en la personalidad y autoestima
El apego está en la base de nuestra personalidad y autoestima. Cumple la función de garantizar y favorecer la supervivencia a todos los niveles: tanto física como emocional. Un bebé, para sobrevivir, necesita asegurarse unos cuidados, los cuales se favorecen si existe un vínculo emocional que motive la inversión de tiempo y recursos en él.
A medida que la persona va creciendo y madurando, dicha necesidad se evoluciona en diferentes direcciones. Idealmente, esta evolución lleva al desarrollo de un adulto seguro, capaz de moverse por el mundo con confianza y recursos suficientes. Sin embargo, cuando esta evolución no ocurre de forma ideal, surgen problemas emocionales y socio-afectivos en diferentes etapas vitales: infancia, adolescencia y adultez.
El apego en la infancia es criterio de salud o malestar emocional en la adultez
A mayor distancia con respecto a un apego seguro, mayores son las dificultades futuras y el sufrimiento, tanto en primera persona como hacia otros.
¿Cómo influye el apego en la vida?
En primer lugar, subrayemos la palabra “influir”, en ningún caso “determinar”. El apego desarrollado en la infancia es un aprendizaje que afecta la forma en que somos dignos de ser tratados, cómo nos relacionamos, qué debemos esperar de las relaciones, y cómo enfrentamos las dificultades. Este aprendizaje, sin duda, influye cada vivencia adolescente y adulta, y es algo que podemos entender, contextualizar, sanar y modificar en áreas donde su influencia sea fuente de malestar y conflicto.
Cualidades generales del apego
A pesar de existir diferentes tipos de apego, existen una serie de características comunes:
- No existe un apego puro: Las personas tenemos “porcentajes” de apego. Prevalece uno u otro, dependiendo de situaciones, personas o estímulos que despierten distintos patrones de pensamiento, sentimiento y acción.
- No mantenemos un apego único en todos los contextos: El apego no es un “estilo propio” que se mantenga constante. Se activa en relación con el otro y el contexto. Oscila en función del estilo de apego y conductas de la persona con la que interactuamos, el momento vital en que nos encontramos, y las peculiaridades socio-afectivas.
- El cambio hacia un apego seguro es posible: Con un trabajo constante y coherente, es posible desarrollar un apego seguro. Aunque no siempre es necesario, es ideal eliminar o regular la frecuencia e intensidad de personas o estilos de apego que obstaculicen este desarrollo.
Tipos de apego
Existen cuatro estilos de apego, identificables según la profundidad emocional, la función prioritaria, y la interpretación de las relaciones y el vínculo:
Apego seguro
- Emociones: Viven las emociones desde la convicción de que son pasajeras.
- Prioridades: Priorizan el bienestar y respeto tanto a sus propias emociones como a las de los demás.
- Relaciones: Se relacionan desde el aporte bidireccional y genuino, nunca desde la necesidad.
En resumen su relación consigo mismos y con los demás es fuente de seguridad y bienestar.
Apego inseguro ansioso
- Emociones: Viven las emociones con una intensidad arrolladora.
- Prioridades: Priorizan la cercanía, el vínculo, la permanencia y la conexión.
- Relaciones: Tienden a relacionarse bajo una fuerte influencia de la dependencia.
En resumidas cuentas ven cómo el mundo es perturbador y no se sienten capaces de lidiar con él de forma autónoma.
Apego inseguro evitativo
- Emociones: Viven las emociones como algo sin importancia.
- Prioridades: Priorizan la practicidad y la libertad personal.
- Relaciones: Tienden a moverse con autonomía, evitando la necesidad de ayuda.
En resumidas cuentas ven la vida como una aventura que vivir de forma autónoma, donde el afecto profundo es percibido como asfixiante.
Apego desorganizado
- Emociones: Oscilan entre patrones de apego ansioso y evitativo.
- Prioridades: Anhelan el vínculo, pero se relacionan de forma que probabiliza lo opuesto.
- Relaciones: Tienden a relacionarse desde la intermitencia y la desconfianza total.
Podemos decir de forma resumida que confían en el amor o lo que otros les ofrecen, castigando y exigiendo pruebas de afecto constantes.
Las descripciones anteriores ofrecen una visión general de cómo las personas viven bajo un estilo de apego principal. En futuras entradas, profundizaremos en cada uno de ellos, su origen, desarrollo, problemas asociados, y su influencia en las relaciones de pareja.