¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta fisiológica, una reacción del organismo ante situaciones físicas o cognitivas. Habitualmente dicha respuesta se relaciona con la percepción de una demanda excesiva o superior a los recursos disponibles: con la percepción de situaciones peligrosas, dañinas o cuyas consecuencias serán aversivas para la persona.
En relación a lo anterior, se activa toda una serie de acciones dirigidas a generar la energía suficiente para llegar a término; es decir, el estrés es una respuesta natural que nos da la energía y el foco necesario para solucionar el problema e, inmediatamente después, volver a un estado de homeostasis.
Es importante distinguir entre los dos tipos de estresores existentes, pues nos facilitará la gestión o regulación de las respuestas incómodas que genere.
Estresores externos: aquellos que provienen de fuera y objetiva y universalmente generan activación (Ej.: Mirar tu billete de avión a tan sólo 6h del viaje y darte cuenta que te confundiste y tan sólo quedan 2h para su salida)
Estresores internos: directamente conectados a la interpretación de la persona y, por ende, subjetivos (Ej.: Acudir a un congreso como ponente y pensar que todo va a ir mal)
Expertos en terapia para el estrés en Barcelona
Si quieres saber cómo podemos ayudarte, contáctanos y resolveremos todas tus dudas.
¿Cómo saber si sufro de estrés?
Posiblemente sea una de las respuestas del organismo mejor detectada y reconocida por las personas que lo sufren, de forma muy sencilla podemos describir su aparición desde la sensación de encontrarnos sobrepasados, agitados y, en paralelo, agotados en etapas de mucha demanda laboral y/o vital.
Puesto que la reacción de estrés es natural y adaptativa, en sí misma no es peligrosa. Con lo que si se activa en etapas o momentos concretos (periodo de exámenes, una mudanza o cambio de trabajo) no debe alarmarnos. A pesar de su incomodidad, se denomina estrés agudo o eustrés y, gracias a este, nuestra atención y recursos mejoran aumentando la productividad.
No obstante, si esta respuesta es sostenida en el tiempo a unos niveles muy altos, dejaríamos de hablar de estrés adaptativo para hablar de una problemática emocional. En esta dirección, tener un umbral de tolerancia al estrés muy alto no es tan positivo como suena. Los síntomas pueden pasar desapercibidos favoreciendo la acumulación de más y más respuestas de malestar, probabilizando la continua desatención del autocuidado y/o situaciones de riesgo no sólo a nivel emocional si no físico. En este caso estaríamos hablando de estrés crónico o distrés.
Síntomas de estrés desadaptativo
Puesto que el estrés se trata de una sobre activación cognitiva, fisiológica/emocional y motora, desarrollaremos en cada una de dichas categorías los síntomas más habituales.
Sintomas a nivel cognitivo del estrés
- Aparición de pensamientos catastrofistas específicos
- La plena creencia en los mismos a pesar de su irracionalidad
- Aparecen de forma casi automática (en un primer momento) para tender a nutrirlos después con la atención plena a ellos
- Tienden a ser formulados en términos de obligación “debería o tendría”
- Cada persona suele tener una serie de “habituales” cuya frecuencia de aparición es muy alta así como su intensidad perturbadora
- Se sienten como “casi constantes”, difíciles de “quitar de la cabeza”
- Dificultades de concentración
- Sensación de bloqueo e incapacidad
Síntomas a nivel fisico y emocional del estrés
- Aumento de presión arterial
- Ritmo cardiaco acelerado
- Sudoración
- Disminución de los mecanismos inmunológicos
- Alteración del sueño (dificultades en la conciliación y mantenimiento)
- Disminución del apetito
- Disminución/dificultades en la excitación sexual
- Agotamiento físico y mental
- Sensación de “losa en el pecho”
- Temblores
- Estado irascible y respuestas de ira desproporcionadas o reactivas
- Sensación de pérdida de control
Síntomas nivel conductual del estrés
- Sobreatención a todo lo relacionado con la situación estresante
- Desatención de actividades de disfrute (sociales, ocio, en pareja)
- Procrastinación del cuidado de la salud física
- Ir en automático, con poca consciencia y plenitud en el resto de las áreas vitales
¿Qué situaciones propician la aparición de estrés?
Habitualmente se relaciona el estrés única y exclusivamente con el área laboral, cometiendo el error de invalidar un estado emocional alterado en personas que lo sufren fuera de dicho contexto, e incluso en nosotros mismos. De la misma forma, obstaculizando la puesta en marcha de recursos de gestión idónea de aspectos vitales disparadores y de las propias respuestas emocionales de la persona.
Haciendo referencia a la definición en si misma de estrés explicada anteriormente, absolutamente todas las áreas vitales de una persona pueden ser generadoras de estrés: el área laboral, social, personal, pareja y familia.
Algunas de las condiciones ambientales que pueden favorecer o generar estrés, son:
- Cambio en la situación vital actual, incluidas aquellas consideradas como mejora (Ej.: un ascenso laboral, una mudanza)
- Aumento de demandas habituales (Ej.: gestión del fin de trimestre con los niños, acumulación de citas médicas)
- Incertidumbre y/o falta de información con respecto a un área concreta o general (Ej. Momentos vitales de cambio como el fin de la Universidad o el momento de elegir tener un hijo)
- Sobrecarga de los propios recursos de procesamiento y gestión vital (Ej.: desgaste tras una etapa de carga excesiva)
- Ausencia de habilidades o recursos para afrontar una situación determinada (Ej.: dificultades para poner límites a otros, delegar o pedir ayuda)
- Alteración de las condiciones biológicas (Ej.: cambios hormonales, una enfermedad auntoinmune)
Problemáticas asociadas o derivadas del estrés
Como cualquier otra alteración emocional, las respuestas de estrés sostenidas en el tiempo e incluso una respuesta de estrés agudo y adaptativo, puede generar o probabilizar una serie de sintomatología comórbida. Entre las más habituales:
- Burnout: estrés directamente relacionado al área laboral, con una pérdida total de sensaciones satisfactorias (tanto de éxito y capacidad como motivacionales)
- Fobias: miedo desorbitado e incapacitante generado por las respuestas fisiológicas que comienzan a temerse, en relación a estímulos concretos que han generado dicha hiperactivación
- Problemas interpersonales: derivados de respuestas rígidas, de poca tolerancia e irascibilidad hacia otros
- Pensamiento obsesivo: en la búsqueda constante de apagar sensaciones de hiperactivación y controlar que los pensamientos catastrofistas existentes no acaben por ser ciertos
- Depresión: como consecuencia de la hiperfocalizacion en “salir adelante” con una mínima o nula inversión de tiempo en actividades y personas reforzantes
En cuanto a enfermedades físicas, el estrés no es más amigo de nuestro cuerpo. El estrés crónico favorece la liberación de una hormona llamada cortisol. Dicha hormona ingresa en el flujo sanguíneo y, ante la presencia constante y/o a unos niveles altos de la misma, genera inflamación y disminución de glóbulos blancos. Lo anterior puedes desembocar, aumentar el riesgo y/o empeorar una serie de problemas de salud, entre los más habituales:
- Enfermedades cardiacas
- Diabetes
- Cefaleas
- Trastornos digestivos (habitualmente enfermedad de Crohn e intestino irritable)
- Alopecia areata (caída de pelo en determinadas zonas del cuerpo: cabeza, cejas, barba…)
- Enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, psoriasis…)
Tratamiento para el estrés
El tratamiento comenzará con el análisis de las circunstancias actuales que te rodean y dan sentido a los síntomas manifestados, así como a un recorrido vital que ponga de manifiesto no sólo el inicio, desarrollo y mantenimiento si no, además, los recursos de los que ya dispones para afrontarlo.
Tras la evaluación pertinente y mediante una visión integral desde las diferentes corrientes teóricas y técnicas de intervenvión, se procederá al trabajo en las siguientes áreas:
- Dar salida, desbloquear y modificar a nivel práctico la situación o estímulos estresantes externos. Es decir, reducir lo máximo posible y de forma alineada a una vida ilusionante y con valor, las demandas del medio.
- Modificar rutinas y variables que puedan estar favoreciendo la sobre excitación corporal y empeorando los síntomas
- Entrenamiento en gestión de las respuestas fisiológicas activadas: aceptación, tolerancia y reducción de las mismas
- Entrenamiento en reestructuración de algunas creencias limitantes (estresores internos) y aceptación de otras, de tal forma que su peso sea paulatinamente menor y menos frecuente. O, lo que es lo mismo, modificar el filtro mediante el que interpretamos de forma catastrófica y bloqueante las situaciones
- Trabajo en prevención de nuevas situaciones estresantes. De nada vale comenzar a dar salida a unos patrones si, en paralelo, no evitamos la aparición de nuevos
- Inversión del tiempo disponible ahora y no invertido en “sobrevivir a la situación” en actividades, cosas y personas reforzantes, que me devuelvan la ilusión y dejen más y más atrás esta etapa
Descubre las opiniones de nuestros clientes
Savea Psicologia en los medios de comunicación
HABLEMOS
Si deseas iniciar un proceso terapéutico, pero no tienes muy claro en qué consiste o tienes algunas dudas al respecto, simplemente indícanos el motivo de tu consulta y nos pondremos en contacto contigo. Sin ningún compromiso, te ayudaremos a aclarar las cuestiones relativas al mismo.
Podemos dar este primer paso en dos modalidades:
Si quieres coger una cita tienes la opción de hacerlo a través de WhatsApp: